Alfonso Iº de Aragón, habiendo fortificado la villa de Monreal en 1.118, confió su guardia a los caballeros del Temple; cuando fue suprimida esta orden por el concilio de Viena, fue reemplazada por la de San Salvador, y se mantuvieron los mismos monjes guerreros, estos se encargaron de la defensa de la villa. Siguieron con la misma Regla que el Temple. Los Reyes de Aragón eran Grandes Maestres de la Orden. Su insignia fue una medalla de oro con la efigie del Salvador. Con el tiempo se instauró como Orden Secreta